Piedras de agua dulce que sueñan
y se derraman cautivas del deseo de vivir
arremolinadas en mi boca, dispersas en mis labios
como una lluvia de tu cielo, de las nubes de tu piel
cargadas todas de humedad tan dulce,
un desbordado de tu romance que desemboca
con tremenda dulzura en mi boca;
Besos de sirena, besos que se aprietan a mi alma
y me mojan, me inunda, me llenan como un vaso,
me lleno de tus besos de agua de topacio
piedras de agua dulce, rocas de acuarela.
Son tus labios las esfinges de Poseidón,
el mundo de agua que escarcha mis labios
cuando besas con la marea de tu boca.
Delicia interminable, rocío que me encanta,
vienes a saciar mi sed con con tus dulces besos de agua.
Enrique Urueta
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