Te miré hoy en el corazón de todas las cosas
cuando ardían en sombras calcinadas.
Miraba yo tu boca y el beso que se desprende,
y que caía, como el cielo cae consumido
cuando te hago mía en el hueco perforado
de nuestra oscuridad consagrada para amarnos.
Contorneo, con mi ultimo suspiro,
tu nocturna silueta que en mi sueño reposa.
Repinto tus alas de nácar marino
con la ultima letra que dejaste en mis labios.
No resiste más mi cuerpo
el suplicio de tu ausencia.
Desgasto la materia recreándote,
revisto mis poemas con tu aroma.
Vives fragmentada en mi soledad,
multiplicada en mi oscuro mundo
trayendo tu color a las grises cosas
que llenan este vacío de no tenerte.
Me gustas tanto que dibujo tu figura en mi poesía,
la lleno de ti, como llenas todo este universo desdichado.
y vives así en todas las cosas que me rodean.
Enrique Urueta
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