Porque no te tengo te escribo esperando encontrarte en estas líneas,
en estas tristes sombras, en este recuerdo frio,
para saber que mi existencia es por ti aunque sea triste,
un mundo nocturno,
pues al recordarte carezco de días;
todo es noche, noche triste,
tristeza azul, topacio melancólico y marino,
corales viejos y gastados;
y es en esta tristeza
que hasta el papel tirita de frío,
de melancolía negra y enamorada,
adherida a los astros y palabras
de estos versos tristes, tristes de muerte y vida,
de final, de despedida,
de un adiós que mi alma crea y recrea
pues ni ese adiós dejaste ni pintaste
al no mirar atrás lo que tenías.
Y te has ido como viejas olas del pasado.
Tu ausencia se vuelve solida sombra de luna nueva
apagada y oscura,
como una interminable soledad
que se multiplica como las estrellas
y el silencio muerde,
hiere,
diría que mata lento,
porque no te tengo,
ni un eco del recuerdo que tenia
suena
ni susurra,
no dice nada
estas callada
y todo esto me traspasa
como un espada oxidada
que tarde o temprano
me terminará matando.
Así es como acaba todo:
en medianoche para morirse
donde guardaré algo de ti y de mí
en estos tristes versos que te hice.
10 poemas tristes, Enrique Urueta
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