Que ojos pequeños y eclipsados que descansan
entre los sueños y el mar de tu alma que no dormita
pues su esencia aun habita entre mis olas a esta hora
Aún quedan tantos besos tibios reposando entre tus labios
aún los puedo sentir en el leve suspiro de tus sueños;
los beso como se besan las azucenas nocturnas:
en el secreto de la noche que queda entre nosotros.
Me gustas así, a esta hora cuando estas dormida,
inmóvil, clavada, atravesada en mi cuerpo y mi cama.
Me gustas así, cuando reposan tus latidos en mi pecho
y acaricias, con tus sueños, mi alma.
Enrique Urueta
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