viernes, 14 de junio de 2013

Dormida




Dormida como una luna de marfil en mis brazos te miro:
Que ojos pequeños y eclipsados que descansan
entre los sueños y el mar de tu alma que no dormita
pues su esencia aun habita entre mis olas a esta hora
cuando te miro dormida, aletargada y desnuda. 

Aún quedan tantos besos tibios reposando entre tus labios
aún los puedo sentir en el leve suspiro de tus sueños;
los beso como se besan las azucenas nocturnas:
en el secreto de la noche que queda entre nosotros.

Me gustas así, a esta hora cuando estas dormida,
inmóvil, clavada, atravesada en mi cuerpo y mi cama.
Me gustas así, cuando reposan tus latidos en mi pecho
y acaricias, con tus sueños, mi alma.

Enrique Urueta


No hay comentarios:

Publicar un comentario